Es una terapia que aporta recursos en el ámbito del aprendizaje y el comportamiento de las personas  mediante la integración de los Reflejos primitivos.

El objetivo principal es el conocimiento sobre una de la posibles causas del comportamiento de los niños. Si un niño se tropieza mucho, a menudo se le caen las cosas de las manos, adopta una mala postura cuando se sienta, no para quieto en una silla, no controla el pis, es incapaz de atarse los zapatos, se salta lineas al leer, confunde letras... puede que tenga algún reflejo no integrado.

Su creador, el Dr. Harald Blomberg es médico por la universidad de Umea, Suecia, especializado en psiquiatría.

Ha obtenido muy buenos resultados en niños con dislexia, ADD o TDAH,  y  problemáticas de desarrollo motor.

La técnica de Movimiento Rítmico de Harald Blomberg consiste en unos ejercicios rítmicos y suaves, tanto de forma activa como pasiva, que consiguen mejorar el tono muscular y relajar las tensiones y espasticidades.

Inicialmente, el cerebro de los bebés es inmaduro. La parte del tronco encefálico se encarga de las funciones más básicas mientras el resto de las partes del cerebro actúan en una mínima proporción. Un bebé genera 4,7 millones de conexiones nuevas por minuto. Este proceso se produce con la estimulación que el bebé recibe a través de sus sentidos cuando es cogido, mecido... y de sus propios movimientos. Estos movimientos siguen en un cierto orden, de acuerdo a un programa innato. Así el bebé levantará la cabeza, el pecho, reptará, gateará... es importante pasar por todas las fases del desarrollo para adquirir una madurez neurológica. Esta técnica consigue la integración de los reflejos pero con ejercicios isómetricos de acelera el resultado. Trabajar estos ejercicios con bebés ayuda a su desarrollo neurológico y motor, además de ser una labor preventiva.