La kinesiología es una técnica elaborada por los quiroprácticos estadounidenses en los años 70. No es fácil de explicar como se trabaja y se logran grandes resultados con esta técnica. Básicamente la función de la kinesiología es liberar el estrés de la persona ante una situación concreta y de esta manera conseguir que esa persona sea funcional y capaz de lograr su objetivo. Por ese motivo un kinesiólogo puede trabajar en tan amplia gama de bloqueos y disfunciones personales.

El primer objetivo de un kinesiólogo es la de toma de consciencia de su cliente. Mediante la escucha activa, conseguimos que la persona pueda ser capaz de dejar el problema que le ha traído a la consulta y enfocarse en la solución. Ese va a ser el objetivo a trabajar, es decir, el kinesiólogo se centra en la solución y trabaja el cuerpo y la mente del cliente desde ese enfoque, haciendo así que la persona ponga todas sus capacidades y habilidades en ese objetivo que es la solución al problema. 

Por todo ello y por la metodología de trabajo de la kinesiología, ésta se convierte en una herramienta útil ante cualquier situación en la que no conseguimos fluir. Esos momentos de bloqueo y atasco en la vida o ante situaciones concretas, se pueden convertir en una frustración y en un estrés continuo que no nos deja tener una vida saludable (tomando esta palabra en toda su amplitud de libertad física, mental y emocional ante un entorno...). El kinesiólogo ofrece gran variedad de herramientas de trabajo a todos los niveles del ser humano (energía, estructura, química y emocional) con los cuales conseguimos volver a fluir en la vida.